La
revelación fue saber que el sabor de lo homo te tumba. La primera vez que olí
en mi piel tu saliva y me abrí solapado y te dejé entrar, esa fue la revelación. Tumbé mis no a la tumba y corrí en tu
planicie sin retorno. Me acolchoné en tu pecho y te crié y ahora nos hago de
piedra y si accedo también me tumbo.
En
cada beso que te doy vos sos corto y plano, tan plano, real y plano tumba.
El
sexo extrañado es el nuestro que es plano y sembrado.
El
sexo señalado es el nuestro que es tumba.
El
sexo curioso es el nuestro que disfruta de mutar mi cuerpo.
Me
hacés el homosexo.
El
homosexo me hace arrancado, corrido y desdoblado. Me hace en cuatro, me hace
culeado. Me hace mujer, enfermo y regalado. El homosexo me esclaviza, me dibuja
y me cerca, el homosexo arremete y se mete, chorrea en mi espejo y me mira
mear.
Cada
vez que nos hundimos nos tumbamos y chirriamos humeantes en tu cuarto invisibles.
Y yo me muerdo los dedos y me araño la panza seca polvorienta me abro en dos y
te doy fiesta y comés te sudo gordo y siento tu olor y no me lavo.
Mi
tumba está en un campo de tiempo, cavada en una década y apilada en otra más. Y
si pusiera los pies en mis años lubricaría otras historias sin ojos en la nuca.
Me estiraría plano en tu cosecha y lamería el suelo. Pero me tumbo en la grasa
y me sofoco en chocolate. Me desenrollo y me deshago en tu boca con jugo y
paciente. Soy peligroso porque ahora soy posible, y cuando abro los párpados a
todos mis silencios, a todas mis vigilias y a todas las edades desoídas, me
visto de negro y me tumbo en mi tumba de soledad desdibujada. Me lamento en mi
tumba en silencio y festejo por todas mis nadas gobernantas. Cierro hasta los
huesos, la médula y adentro me hago de plomo y no me dejo penetrar. Hago filas
de cabeza gacha, de voz amputada y sexo infiltrado, porque todas las veces que
me vi de fuera quise explotar y ser un coso.
Algo genérico y extirpado, ni percibido, algo marrón y olvidado que nadie note
que no está. Y hay veces que me inscribo en nuevas guerras y deserto impoluto
sin disparar sólo por tumbarme solo tumbarme en mi tumba. Repito mis pasos
extinto, soplo minutos pacientes y negros que caen al piso y me vuelven a
entrar. Soy todo oscuro y espero. Soy todo oscuro agazapado y huelo tu rastro.
Todas
las veces que abrí los párpados a todo aquello el mundo afuera cambió y fui de
hielo ardiente.
Me
hundí dorado en vientres tan planos y zumbé silencioso para atacar por detrás.
Soy
sucio. Yo solo enmitumba.
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